Metí en una caja todos tus regalos, tus cartas llenas de amor falso. Los
últimos pétalos de las rosas marchitas y, aunque era poco, en esa caja tan
grande no entraron todos aquellos recuerdos, canciones, momentos, besos,
llamadas, pasiones, abrazos, madrugadas, deseos y sueños que nunca pude hacer realidad-
Nunca te tomé de la mano para huir juntos de este mundo, nunca me perdí en tu
cuerpo, nunca besé tu frente al hacer el amor,
nunca contemplé tu rostro al dormir, nunca hice realidad mi sueño de vivir
contigo hasta el fin. He vivido en soledad, rodeada de aquellas mentiras que me
obligué a creer. Aunque nunca conseguí olvidarte, en realidad nunca dejé de
amarte. ¿Recuerdas que te dije que nunca te iba a dejar de
amar? Lo cumpliré. Recuerda que todas mis palabras fueron sinceras. Recuerda
como lloré y sufrí cuando te fuiste. Recuerda que siempre estaré aquí. Y hoy,
sola me doy cuenta de que te necesito, sola reconozco que sin ti no soy nada,
que sin ti no hay vida.
Las cajas se alimentan de nuestros recuerdos.
ResponderEliminarSomos montoncitos de historias, si no las dejamos ir.
Un sol sale, por detrás de la esquina.
Ici!
Saluditos.